Semblanza

La obra pictórica de Irma Obregón es:

Una explosión de luz y color, intensa, sugerente y, a la vez, enérgica, abstracta pero con referencias, siempre buscando la línea del desnudo femenino o la belleza de las plantas, flores y el sol omnipresente, sin estar, siendo, el ser el que lo abarca y enciende todo.

Plasma la esencia de lo sutil, que se encuentra en la efervescencia de la chispa cromática, en la intensidad de los colores encendidos, azules, rojos, verdes, marrones, amarillos y negros.

La aportación pictórica de la artista mexicana pasa por elucubrar en el interior de las cosas, buscando simplificar las claves porque sabe que lo que existe es sentimiento y no mente que es la preconcepción de la idea. El universo es mental, pero la constatación es la vibración sensorial que se ufana dominante en el laberinto del iniciado.